
En Ciudad de México, cada vez más personas buscan aprovechar sus terrazas para crear jardines que sumen valor y calidad de vida. Es un espacio con muchísimo potencial, pero también con condiciones muy específicas que muchas veces se ignoran. Diseñar en altura implica pensar en el peso, el viento, la luz y la forma en que se habita el lugar. No basta con poner plantas bonitas. Se necesita estrategia, intención y conocimiento técnico.
Aquí van algunos de los errores más comunes al diseñar jardines en terrazas y lo que conviene hacer para evitarlos.
Elegir plantas sin observar cómo se comporta el sol
Uno de los errores más frecuentes es decidir qué plantar sin haber entendido primero cuánta luz recibe la terraza, a qué hora y en qué puntos. No todas las terrazas tienen las mismas condiciones: algunas están expuestas todo el día, otras solo reciben sol por la tarde, y muchas tienen zonas techadas con sombra permanente.
Usar plantas de sombra en terrazas soleadas o colocar especies de sol donde hay sombra constante es una receta segura para que el jardín se vea mal en poco tiempo. Las plantas no crecen bien, pierden forma o directamente mueren. Lo mejor es hacer un registro visual durante varios días y elegir especies que estén adaptadas a esas condiciones.
Saturar con demasiadas macetas pequeñas
Otra situación muy común es llenar la terraza con muchas macetas pequeñas que no dialogan entre sí. Esto genera ruido visual, interrumpe el uso del espacio y hace que el jardín se vea desordenado. Además, muchas macetas pequeñas implican más puntos de riego, más mantenimiento y mayor dificultad para limpiar.
Trabajar con piezas de mayor escala y organizar bien la distribución ayuda a crear armonía y claridad en el diseño. Una terraza bien planteada respira y permite moverse con libertad. El diseño debe dejar espacio para estar, no solo para ver.
Ignorar el peso y la estructura
La terraza es una losa, no un jardín en tierra. Esto parece obvio, pero es uno de los errores más graves. Usar jardineras de concreto, llenar el lugar con tierra húmeda o colocar grandes macetones de cerámica sin calcular peso puede comprometer la estructura del edificio.
En paisajismo CDMX, este punto es clave por las características constructivas de muchas viviendas. Por eso se recomienda usar materiales ligeros como fibra de vidrio, polietileno rotomoldeado o sistemas verticales. Incluso los sustratos deben ser especiales: más porosos, más livianos y con buen drenaje.
Diseñar sin pensar en cómo se va a usar
Un jardín no es solo un decorado, es un espacio vivo que se habita. Muchos diseños fallan porque se enfocan en la estética y se olvidan del uso. ¿La terraza va a ser un lugar para desayunar? ¿Para leer? ¿Para hacer yoga? ¿Va a haber niños, mascotas o visitas frecuentes?
Cada función necesita una estructura distinta. El paisajismo debe facilitar la vida cotidiana. Un jardín contemplativo se diseña con otras escalas, otros ritmos y otros recorridos que uno social. Pensar primero en cómo se quiere vivir el espacio ayuda a tomar mejores decisiones desde el inicio.
No prever el mantenimiento
Un error muy común es imaginar que el jardín va a estar siempre igual que el día que se instala. Pero las plantas crecen, cambian, y requieren cuidados. Si el diseño no contempla eso, el jardín termina siendo una carga. Esto pasa especialmente en terrazas, donde puede haber viento fuerte, cambios de temperatura y mayor exposición al sol.
Usar especies resistentes, agrupar plantas según sus necesidades y automatizar el riego con sistemas por goteo puede marcar la diferencia. En lugar de depender del riego manual todos los días, se puede programar un sistema eficiente y dejar que el jardín respire solo.
Diseñar jardines en terrazas en CDMX tiene muchas posibilidades si se parte de una lógica bien pensada. Evitar estos errores no es solo un tema estético, es una forma de respetar el espacio, a quienes lo habitan y a las plantas que lo conforman. Un buen proyecto de paisajismo no sobrecarga, acompaña. Y cuando está bien resuelto, se nota en cómo se vive.